1:53 Los Reflejos Como se Producen


Los mecanismos reflejos de las funciones nerviosas:
Prof. Walter Belloro.

La forma fundamental de adaptación del organismo al medio es el reflejo, o sea, la respuesta del organismo a los estímulos externos por medio de su Sistema Nervioso Central. Los estímulos que provocan el reflejo pueden provenir del mundo exterior (estímulos sonoros, luminosos, táctiles, olfativos) o del medio interno del organismo (cambios químicos en la composición sanguínea, excitaciones de los órganos internos, etc.). La respuesta a una excitación cualquiera es una contracción muscular, que provoca movimientos o secreciones glandulares (secreción salival, de jugo gástrico, etc.).
Por medio del sistema nervioso el organismo se relaciona como un todo único con el mundo exterior y, al mismo tiempo, este mismo sistema nervioso regula y coordina  funciones de los distintos órganos, aparatos y demás sistemas. Los animales superiores, y sobre todo el hombre, pueden diferenciar con precisión las distintas excitaciones y, combinándolas, contestar a ellas variando rápidamente las reacciones. Por esta razón, la actividad de tipo reflejo permite que el organismo se adapte fácilmente a los más diversos cambios del medio. Esta compleja y delicada actividad se efectúa gracias al sistema nervioso central.
El Sistema Nervioso Central está unido a los órganos sensoriales (receptores) y a los órganos efectores (músculos y glándulas), que ejecutan las reacciones de respuesta el organismo, por medio de los numerosos nervios sensitivos y motores que constituyen el Sistema Nervioso Periférico.
El sistema nervioso central (cerebro y medula espinal) esta formado por distintas partes que cumplen diferentes funciones de la compleja actividad nerviosa y que constituyen el mecanismo fundamental de la regulación nerviosa . Cuanta más alta se encuentra una parte del cerebro, tanto más compleja y variada es su función y tanto más compleja es su estructura. La parte inferior del sistema nervioso central es la médula espinal, que regula el funcionamiento de distintos grupos de músculos y de los órganos internos. Encima de ella se hallan el bulbo raquídeo y el cerebelo, coordinando funciones muy complejas del organismo en las que intervienen conjuntamente numerosos músculos y sistemas completes de órganos internos que ejecutan funciones como la respiración, la circulación sanguínea, la digestión y otras. Más arriba aun se encuentra el cerebro medio o mesencéfalo que regula movimientos complejos y la posición de todo el cuerpo en las reacciones del organismo a los estímulos externos. El bulbo raquídeo y el cerebro medio se unen para formar los pedúnculos cerebrales.
Las secciones más altas del sistema nervioso central son los hemisferios cerebrales. Los hemisferios cerebrales están constituidos por los ganglios subcorticales, que se encuentran en la parte profunda de ellos, y por la corteza cerebral, que es la capa de células nerviosas situadas en la superficie misma. Junto a los ganglios subcorticales esta situado el tálamo óptico, que forma parte del llamado cerebro medio y que, junto con los ganglios subcorticales, constituye la subcorteza.

La corteza y los ganglios subcorticales son el substrato material de las funciones psíquicas y efectúan los tipos más complejos de actividad refleja, coordinando el organismo como un todo único con el mundo exterior.

En el proceso de evolución del mundo animal las distintas partes del cerebro no se han desarrollado del mismo modo. En los vertebrados inferiores (por ejemplo, los peces) el cerebro en conjunto esta muy poco desarrollado y por su volumen es casi igual que la médula espinal: los grandes hemisferios de estos animales se hallan todavía en un estado embrionario. A medida que se hacen más complejas las condiciones de vida y, en relación con ello, se enriquece la actividad refleja del organismo, comienza a desarrollarse más intensamente el cerebro.

 En el desarrollo ulterior, los hemisferios cerebrales adquieren una significación fundamental como órganos reguladores de la conducta; al mismo tiempo que aumenta la cantidad de células corticales, comienza a cambiar también la forma exterior de los hemisferios.

La superficie de los hemisferios del conejo o del ratón es lisa, mientras que la del perro ya muestra pliegues gracias al desarrollo de las circunvoluciones y de las cisuras, lo que supone un gran aumento de la superficie cortical. Al mismo tiempo se hace mucho más compleja su estructura. Los hemisferios aumentan tanto de tamaño que comienzan a cubrir las demás partes del cerebro.
Todos estos cambios morfológicos del cerebro se aprecian, sobre todo, en los animales más desarrollados, los monos antropoides cuyo cerebro por su forma exterior y por su estructura microscópica ya se asemeja bastante al del hombre. Sin embargo, solo en el hombre el Sistema Nervioso Central en su totalidad, y particularmente la corteza cerebral, adquiere el grado más alto de complejidad y estructura más perfecta.
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