Una pulsión hacia atrás ocasiona el mismo mecanismo de pasos cortos hacia atrás pero en esta ocasión lentos, a veces imparable si no tropieza con un obstáculo. Las vueltas se realizan con múltiples pequeños pasos sobre el lugar y son muy lentas.
Cruzar el marco de una puerta, intentar apresurarse en un semáforo o simplemente sentirse observado hacen que el individuo con parkinsonismo se quede bloqueado, «congelado», pateando con muy breves pasos, con una especie de «tartamudeo» de la marcha sin poder avanzar.
Basta pensar en una pierna y avanzarla o levantarla voluntariamente para que la «congelación» desaparezca y el paciente pueda continuar la marcha. Para ello suele explicársele al paciente que intente avanzar sobre la líneas del suelo, si bien los enfermos no lo realizan de forma espontánea si no se les recuerda periódicamente.
En los casos leves o al comienzo, el primero y a veces único trastorno de la marcha es la pérdida del balanceo de los brazos, unilateral o bilateral.
Es muy rara en la infancia, pudiendo relacionarse con síndrome postencefalítico o situaciones como la enfermedad de Hallevorden-Spatz, desmielinización palidal.
0 comentarios: